Hola,
Empiezo saludando entre el pudor absoluto y la ilusión de los comienzos agarrándome fuerte a las ganas de volver a escribir.
La intención es recopilar detalles y destellos que me son agradables al espíritu. Es decir, aquello que me da sosiego en esta vida moderna de prisas y que se definen en una palabra que siempre ha estado muy presente. De aquí el nombre:
fetén
Del caló fetén 'mejor', var. de feter.
1. adj. Bueno, estupendo, excelente. Conocí a una chica fetén.
2. adj. coloq. Sincero, auténtico, verdadero, evidente.
Últimamente, estoy redescubriendo Gràcia desde la mirada de la tribu con tesoros como El Museu Més Petit del Món. Un museo en plena calle a la vista de cualquiera pero solo perceptible a ojos de 1 metro de alto. Como cualquier instalación artística gratuita y callejera no se libra de los inconvenientes (muchas maquetas ya no están) pero cuando encontramos una completa la alegría es inmensa.


Un sábado por la tarde, siguiendo el mapa de Noemí Batllori por el carrer de Verdi, hicimos parada en Morreig, nos enamoramos de su brioche alsaciano y les encargamos una tarta increíble1. Desde esa tarde somos absolutamente incondicionales de cualquier maravilla que sale del obrador de Matthieu y Alba (mención especial: su pain au chocolat, la cornelia, los helados y el panettone).





Entre bocado y bocado, me di cuenta de que mi memoria dulce es tan corta y local, que sé que hay sabores que ya no volveré a probar. Seguramente romantizo todo más de la cuenta y, en las cosas del comer, todavía más. Por eso esta primera carta dulce, para recuperar mis cinco momentos azucarados más nítidos.
→ 1. El primero es una coca y no es salada. La coca boba, de llanda o llauna saliendo del horno de mi madre. Tremenda esponja para la horchata, la leche con canela y limón o cualquier bebida fresquita para sobrellevar las largas tardes de verano levantinas. Es imposible que salga mal y siempre cabe un trocito más.
Aquí, la receta canónica que recoge la periodista gastronómica Ángeles Ruiz García en el Vademécum de la cocina alicantina.
Ingredientes
250 g de azúcar, 125 g de harina, 125 ml de aceite (girasol u oliva suave), 125 ml de leche, 1 sobre de levadura, 3 huevos grandes, ralladura de limón y ralladura de naranja.Elaboración
Batir los huevos, añadir el resto de ingredientes y mezclar muy bien con batidor de varilla. Precalentar el horno a 220ºC. Engrasar un molde con mantequilla y verter en él la mezcla. Espolvorear por encima un poco de azúcar y canela. Introducir al horno bajando la temperatura a 180ºC y hornear aproximadamente 40 minutos. Pinchar para comprobar que está lista antes de apagar el horno.
Y de propina la de Ximo Carrión, gran divulgador del arroz y de la cuina valenciana en general.
→ 2. Un sonido. El ti ti ti ti ti rítmico del tenedor chocando contra un plato transparente de Duralex a una velocidad inaudita, donde bailaban las claras sobrantes de las yemas caídas por la mañana en un allioli de mortero. A mi iaia le debo muchas cosas, además del nombre y el oído musical, pero verla comerse el merengue a cucharadas, demostrándome lo fundamental que es prepararte y saborear algo para ti sola, es de las mejores.
→ 3. Entre las muchas alegrías que me dio estudiar periodismo, hice un reportaje de Lo Mejor de la Gastronomía en 2009, donde, entre otros momentazos, pude grabar a Pierre Hermé haciendo su alquimia perfecta para dar vida a unos macarons impolutos. Misma revelación que un Z viendo los reels de Cedric Grolet. Flashazo.
→ 4. Aunque siempre voy a elegir un desayuno salado por encima de algo dulce (salvo que tenga cerca un buen croissant recién hecho), hubo una excepción con la tarta de queso de Veniero’s aquella mañana de julio de 2015 en Nueva York. Para Elvira Lindo, contradiciendo a Zagat, es la mejor de la ciudad o, al menos, lo era cuando publicó su Lugares que no quiero compartir con nadie en 2011.
(…) Conviene no mirarse en los espejos, para no verse como un espectro, pero sí sentarse para degustar, según quien esto escribe y diga lo que diga la guía Zagat, ¡la mejor tarta de queso de la ciudad! La mejor, sin duda, la más cremosa, la que llena la boca de dulzor para dejarte luego un retrogusto algo ácido. Veniero’s, templo del cheesecake desde 1894, que ha resistido y esperado a que me sentara yo en una de sus mesas en el siglo XXI, buscando cobijo una de esas tardes de frío y noche anticipada, de espaldas al espejo y entregada a un cappuccino, a una tarta de queso con finura de repostería italiana y, en alguna ocasión, a un cannoli tan exquisito como el que imagino que prepara Carmela Soprano.
→ 5. Cierra la lista el recuerdo de mi pastelería y confitería predilecta: La Royal (La Glorieta, Elche) fue parada obligatoria cada sábado de infancia. Pegar la cara a la vitrina para ver qué pastel elegir: relámpago, caña de crema, juanita, tocino de cielo, inglés, tarta de Elche, milhoja… Y en épocas señaladas y fiestas de guardar: buñuelos, huesos de santo, fogasetas, monas… Hoy está al frente Javier Alonso, que sigue elaborando los clásicos familiares dulces y salados (¡esa ensaladilla!) pero que, además, ha hecho un salto exponencial incorporando su maestría en elaboraciones como panettones, croissants de todo, NY rolls, monkey breads…
→ Bola extra 1: una valenciana partida a lo largo con una cucharada de Nocilla rellenando el centro. No tengo pruebas ni tampoco dudas de haber comido esto cada tarde de mis 13 años.
→ Bola extra 2: Christina Tossi. Sus libros, el crack pie, la Cereal milk® y su Bake Club. Ella es lo único que me gusta de la american pastry.
Esperando no haber provocado hiperglucemia a nadie, hasta aquí el primer chapuzón de vuelta a lo que antes llamábamos bloguear.
Con menos nostalgia se han hecho grandes películas ✌🏻
Nos vemos en la siguiente.
Has entonces, espero que estéis fetén.
La tarta: bizcocho de chocolate, praliné de avellana y gana he de chocolate. La foto no le hace mucha justicia.
Marga de mi vida y mi corazón. Bienvenida al proceloso mundo de las newsletter y qué bonito escribes.Te tengo en mis oraciones. Yo sé lo que me digo.